“Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen”
Hay quienes afirman que un 17 de septiembre de 1580 nacía en Madrid Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos. Hay también quien dice que nació el 14; lo cierto es que, en dicha semana de aquel año, en aquella geografía, nacía uno de los autores más importante de la literatura española, representante del Siglo de oro.
Fue un escritor sumamente prolífico: escribió poesía, teatro, prosa satírica, textos políticos y religiosos, filosóficos, crítica literaria y hasta se animó a las traducciones de latín, con muy malos resultados.
Hoy, en el aniversario de su natalicio, te dejamos una anécdota muy graciosa, que además nos enseñará un poquito de literatura, y diez frases para recordarlo.
La anécdota
Esta anécdota involucra a Isabel de Borbón, la primera esposa de Felipe IV. Según afirman muchos historiadores, era consideraba una mujer de gran nobleza e intelecto. Sin embargo, por lo bajo, muchos se burlaban de ella debido a que padecía una severa cojera.
Al parecer, Quevedo bebía junto a unos amigos en una taberna, y a sabiendas de que Isabel se encontraba cerca, apostó con ellos una cena y algo de dinero a que era capaz de decirle a la reina que era coja. Tras reírse en su cara, sus compañeros de farra accedieron a la apuesta, creyéndose fácilmente ganadores.
Entonces Francisco marchó seguido por sus amigos, y por el camino cortó dos ramos de flores: uno de rosas rojas y otro de claveles blancos.
La reina se encontraba en una plaza cuando fue abordada por Quevedo, que con tono galán y poniendo ambos ramos ante sus ojos, dijo:
- Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.
Aquella noche, Quevedo cenó gratis y, aunque a sus amigos no les importara mucho, el poeta, en su gracia e ingenio, utilizó un calambur para ganar su apuesta e insultar a la reina sin que ésta se enterara.
El poeta madrileño era muy dado a usar este tipo de juegos de palabras en los que se modifica el significado de una frase o palabra disponiendo de forma distinta sus sílabas.
Las diez frases
El que pasa tiempo arrepintiéndose del pasado pierde el presente y arriesga el futuro.
Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir.
No hay cosa que más avive el amo
r que el temor de perder al ser amado.
Sólo el que manda con amor es servido con fidelidad.
El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos.
Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
No quieres inmortalidad porque lo dudas, sino porque la temes.
La posesión de la salud es como la de la hacienda, que se goza gastándola, y si no se gasta no se goza.
Y desnuda, rotísima doncella, tan linda estás, estás tan rica y bella, que matas más de celos y de amores que vestida a colores: y eres así a la espada parecida: que matas más desnuda que vestida.
Donde hay poca justicia es un peligro tener razón.
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