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Tres poemas de Ivana Blautzik: el cuerpo, la palabra y el imán de la poesía

Actualizado: hace 3 días

En La tierra imantada, Ivana Blautzik explora el universo femenino con una voz tan delicada como intensa.
En La tierra imantada, Ivana Blautzik explora el universo femenino con una voz tan delicada como intensa.

La tierra imantada: poesía que atrae, hiere y permanece


La tierra imantada, de Ivana Blautzik, es un libro donde el lenguaje se convierte en cuerpo, y el cuerpo en territorio poético.


Desde el título, aparece la idea de atracción: una fuerza invisible que une las voces, los gestos, los silencios. Las palabras, como imanes, se buscan y se repelen, generando un movimiento constante entre la ternura y la herida, entre el deseo y la pérdida.


Dividido en distintas secciones —Nudos, Sobre René Magritte, Detrás de la bruma, Homenajes, Espacios y Las castigadas—, el poemario traza un recorrido por los múltiples rostros de lo femenino: la pasión, la violencia, la memoria, la desobediencia, la ternura. Cada poema abre un mundo y lo deja vibrando.


La autora dialoga con pintores, poetas y mitos, y rinde homenaje a Alejandra Pizarnik, Pavese, Huidobro, Magritte… voces que, como ella, hicieron de la palabra un espacio para el asombro y la resistencia.


Blautzik escribe con un pulso clásico y contemporáneo a la vez: elige una poesía elaborada, musical, donde cada imagen se despliega con precisión y profundidad.


En tiempos donde la urgencia parece dominar la escritura, La tierra imantada nos invita a detenernos, a escuchar.


Leer este libro es dejarse atraer por su campo magnético: un territorio donde la belleza se sostiene incluso frente al dolor.


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La autora:


Ivana Blautzik nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1964 y actualmente reside en Banfield, provincia de Buenos Aires.


Estudió Letras en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y se desempeña como docente en el nivel secundario.


La lectura y la escritura fueron influencias tempranas, transmitidas por su padre, quien contaba con una valiosa biblioteca en su hogar. Desde joven escribió poesía y obtuvo el primer premio en un certamen para docentes de su municipio, reconocimiento que la impulsó a continuar su camino literario.


Dictó un taller de poesía dependiente de la Municipalidad de Lanús y participó como jurado en concursos bonaerenses.


Desde hace varios años forma parte de Confábula, taller de escritura coordinado por el escritor Jorge Cabrera. También asistió a talleres dirigidos por Silvya Iparraguirre y Luisa Peluffo.


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Leé tres poemas de La tierra imantada:


A Alejandra Pizarnik


Sombra sobre la hiedra.

Ausencia

y la niña en la muerte

en el bosque.

Nadie ha visto el vértigo,

su condición de invisible

nos convoca.

Las lágrimas se entregan a él

ciegas de deseo.

Dejo una lila herida

sobre tu vientre

y en tu lengua fría

siguen conspirando las palabras.

Te irás y alcanzaré tus pasos,

no porque te busque,

no por esta falta de morada.

Sino porque este grito mío

ha estado en la tierra desde siempre.


A Janis Joplin


Plegaria de pájaros peligrosamente libres.

Vuelo de collares sobre el cuello,

canto lejano, inmenso.


Llegó, colgó sus alas en el perchero

y entonó su melodía áspera de blues.

Con el pelo más revuelto esa madrugada,

su voz que fue quebrando en una carretera liviana.

Quizás, Janis, quizás,

había un pájaro negro sobre tu pecho.


A mi madre


Este perfume edificado sobre el aire

ha llegado para refugiarse

en la garganta herida de la rosa.


Miente el viento

si dice que no lo esperaba

y lo embarca en su nave

y lo protege del olvido

 
 
 

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