"Estoy muriendo por encima de mis posibilidades"
El 30 de noviembre de 1900, fallecían en París el escritor, poeta y dramaturgo Oscar Wilde, presa de una meningitis en un hotel parisino y bajo el seudónimo de Sebastian Melmoth.
Wilde había nacido en Irlanda, el 16 de octubre de 1854. Treinta y ocho años después, en Londres, se enamoraría de un joven de veintidós años, aspirante a escritor, cuyo padre lo llevaría a la cárcel.
Su padre, sir William Wilde, era el más importante cirujano especialista en otología y oftalmología de Irlanda. Su madre, Jane Wilde, era poetisa. Su hermano mayor era periodista y su hermana menor murio, también de meningitis, pero cuando a penas tenía nueve años.
En 1884 se casó con Constance Lloyd y poco después tuvieron dos hijos, Ciryl y Vyvyan. Sin embargo, Oscar la engañaba constantemente, siendo así que, en una fiesta, conoció a Alfred Douglas, ese joven poeta, de quien se enamoraría perdidamente. Ante los ojos del mundo, y sobre todo de su esposa, aquel vínculo no pasaba de una simple amistad.
Para entonces, ya era un escritor reconocido y exitoso, acunado por las élites que luego le darían la espalda. Viajaba por el mundo y no se privaba de nada.
Fue cuando el padre de Alfred comenzó a sospechar y le prohibió a su hijo que frecuentara al polémico autor. Tras la negación de su hijo, el marqués contrató detectives privados para que encontraron pruebas para probar la homosexualidad de Oscar. Fue así como fue llevado a la corte.
"Inglaterra era un país en esos aspectos muy atrasado. De hecho, el código por el que lo condenaron estuvo vigente hasta 1967"
Los hechos se desencadenaron cuando el 18 de febrero de 1895, el marqués dejó una tarjeta en el Club Albemarle, dirigida «a Oscar Wilde que presume de sodomita». Era el estreno de La Importancia De Llamarse Ernesto. Wilde, animado por el hijo del denunciante, le devolvió la denuncia pero por calumnias, esgrimiendo la amoralidad del arte como defensa. El juicio se volvió en su contra y tiempo después fue condenado.
El escritor ingresó en la prisión de Reading (Inglaterra) durante dos años, condenado a realizar trabajos forzados. "Esos trabajos consistían más que nada en desgastar a la persona, castigar el cuerpo con ejercicios inútiles, darles papillas que provocaban vómitos... cosas espantosas. Wilde salió de la cárcel muy destruido como persona, como individuo, y fue desarrollando enfermedades. Algunos dicen que la causa de su muerte fue una sífilis que había tenido de joven y que, combinado con todas esas condiciones, acabó con él"
Cuando salió, aquellas élites que lo habían abrazado, le dieron la espalda, y se fue del país. El 30 de noviembre de 1900, moría solo en un hotel de París. Pidió champán y en un momento de lucidez, consciente de su ruina económica, dijo: "Estoy muriendo por encima de mis posibilidades". Fue indultado 122 años después por el Gobierno británico, un poco tarde.
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