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Carlos Fuentes y diez consejos para ser un gran escritor

Actualizado: 15 sept 2020


Entre los años 60s y 70s surgieron de Latinoamérica nombres visagra para la historia de la literatura universal. Trás la revolución cubana de 1959 el mundo puso los ojos en el continente maldito, fascinado por sus bombas, sus colores, sus olores, su calor, sus lluvias, sus pasos de baile.



Junto a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes es uno de los grandes referentes de este boom.


Nacido en Panamá el 11 de noviembre de 1928 irrumpió en la escena literaria en 1958 con La región más transparente.



Publicó más de veinte novelas, otros tantos volúmenes de cuentos, además de ensayos. Falleció en el 2012 en la Ciudad de México, tenía 83 años.


Acá te dejamos 10 consejos de Carlos Fuentes para ser un buen escritor:


1. Disciplina. Los libros no se escriben solos ni se cocinan en comité. Es un acto solitario y, a veces, aterrador. Es como entrar a un túnel sin saber si habrá salida.


2. Leer mucho, todo, vorazmente. La vida no te va a alcanzar para leer y releer todo lo que quisieras.




3. Relación entre tradición y creación. No hay nueva creación literaria que no se sostenga sobre la tradición, de la misma manera que no hay tradición que perviva sin la savia de la creación. El autor de ayer se convierte en autor de hoy, y el de hoy, en el de mañana. Es así porque el lector conoce algo que el autor desconoce: el futuro. El siguiente lector de Don Quijote será siempre el primer autor de Don Quijote.

5. La importancia de la realidad literaria. No se limita a reflejar la realidad objetiva. Añade algo que no estaba allí, enriquece y potencia la realidad primaria.



6. El tiempo en la literatura transforma la historia en poesía y ficción. La literatura ve a la historia y ésta se subordina fatalmente porque la historia es capaz de verse a sí misma sin un lenguaje.

7. Publicada, la obra literaria ya no te pertenece. Se convierte en propiedad del lector. También en objeto de la critica y en un diálogo con la obra. La literatura es idéntica al instrumento de su crítica, que es su propio lenguaje; ni las artes plásticas, ni música, el cine, incluso el teatro sufren de esta incestuosa relación entre palabra creadora y palabra crítica. 8. No dejarse seducir por el éxito inmediato ni la ilusión de la inmortalidad. La mayoría de los best sellers de una temporada se pierden muy pronto en el olvido; el bad seller de hoy puede ser el long seller de mañana. Sé fiel a ti mismo y escucha la voz profundad tu vocación. Asume el riesgo tanto de lo clásico como de lo experimental.

9. Posición social del escritor. El escritor cumple con una función social siempre, manteniendo vivas en la escritura la imaginación y el lenguaje. Aunque no tenga opiniones políticas, el escritor, le plazca o no, contribuye a la vida ciudad con el vuelo de la imaginación y la raíz del lenguaje. No hay sociedad libre sin ella. No es fortuito que los regímenes totalitario traten de silenciar a los escritores.

10. El décimo mandamiento está en tu imaginación y de todos los escritores “de su palabra y su libertad”.


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